martes, 22 de marzo de 2011

Lágrimas de lobo 4.

De repente Joseph pego un salto y se colocó frente a mi en las escaleras, me pegue tal susto que casi me da un ataque, pero antes de que gritara, él puso su mano en mi boca haciéndome callar.
- Ha sido divertido ¿verdad Cait?
Me quede mirando sus profundos ojos, hasta que me retiró la mano y dije.
- No, no ha sido nada divertido.
El se rió en silencio al ver mi cara de susto y que aun estaba agitada.
- Ya no are mas bromas, ahora viene la parte difícil, bajar a la planta baja.- iba explicándome mientras baja vamos los escalones- No se si lo sabes, pero allí dormimos por lo menos cuatro osos cada noche, asique..ten mucho cuidado, porque estarán espatarrados por el suelo, aun así no te preocupes cuando dormimos nos cuesta despertarnos.
- Ahhh gracias por la información, aun así no me dejas muy tranquila..
Bajamos los escalones y nos quedamos al final de la escalera, y los vi, los vi a todos durmiendo en el suelo, esas criaturas con un pelaje precioso en realidad eran bestias, me habían secuestrado y a saber lo que habrían echo con mis padres y mi hermano. No, no me podía permitir ahora eso, no podía estar pensativa, y mucho menos pensando en ellos, asique me arme de valor y decidí que ya era hora de salir.
- Vamos, quiero salir ya.
- Estoy de acuerdo contigo.
Comenzamos a andar con mucho cuidado para no hacer ruido y por supuesto para no chocar con algún oso. La parte de abajo era muy amplia y muy diferente a los pasillos de arriba, que tenían pinta de pasillo de hospital. Aquí había mas colorido, además de estar muy bien decorada, se notaba que se lo pasaban en grande, un montón de consolas, una televisión tremenda de grande, unos sofás con pinta de ser muy cómodos... Que buena vida para ser unos trozos de carne sin sentimientos.
Estábamos ya casi en la puerta cuando oí un suspiro, los ojos se me abrieron como platos y Joseph me empujo detrás de su espalda, en dos segundos un oso se abalanzó sobre nosotros, me quede paralizada, pero Joseph me movió y abrió la puerta de golpe, con la misma rapidez la cerro y le pillo al oso el ozico.
- Joder Cait no vuelvas a quedarte pasmada- decía a la vez que tiraba de mi para que corriéramos.
La puerta reventó y el oso emitió un gruñido tremendo, que hizo que la casa se alborotara y en un momento oí las pisadas de los demás osos. Joseph se giro y vio el panorama.
- Vale, sera mejor que cambie, ten coge esto y si se te acerca alguno no dudes en darle al gatillo, ¿me oyes?.
Las manos me temblaban, normal tenia una pistola en la mano. Seguimos corriendo y Joseph empezó a transformarse en un oso precioso de pelaje negro. Me subí encima de el como si fuera un caballo y corrió, que digo corrió, voló, yo me puse de espaldas y divise la escena, seis osos corriendo detrás nuestra, el miedo se apoderó de mi un momento, pero volví a sentir el impulso que sentí en la habitación antes de que entrara Joseph en ella y me propusiera el plan de escapada, no podía fallarle, entonces seguí mi instinto.
- ¡Sigue, sigue corriendo!

domingo, 20 de marzo de 2011

...

Hay ocasiones en las que mi mente me la juega, y pienso aquello que no debería de pensar. Pero ¿por que?. Después de todo lo ocurrido, no debería de echar nada de menos, debería de transformarlo todo en odio, pero hay ocasiones en las que la mente se me nubla y vuelven a mi memoria aquellos recuerdos felices, dejando de lado los malos.. Algo inexplicable, algo repugnante, algo odioso..
Como tu, porque todo se transformo y en mi creció esa ignorancia que hace que ya no me importes.. pero aun así hay ocasiones en las que echo de menos esas risas que compartíamos y el estar en tus brazos, algo que recuerdo que hacía que cambiara completamente mi mundo y me sintiera tan a gusto, algo que hace mucho tiempo que perdí y que hoy parece volver a mi memoria, mojándome como un chorro de agua fría y confundiéndome por completo.