jueves, 13 de diciembre de 2012

13 de Diciembre de 2011

A lo largo de nuestra vida, vemos y conocemos a muchas personas, pero no a todas le das la misma importancia, ni todas pueden llegar a estar dentro de ti con la misma intensidad, conocidos desde la infancia, compañeros de clase.. Pero siempre hay distinciones, no puedes contar con todos para todo, solo para cosas puntuales, o por lo menos eso pensaba yo, hasta que conocí a alguien.

Anteriormente no me había dado cuenta ni de que existía, nos cruzábamos por los pasillos del instituto, pero únicamente pensaba, pues uno más que viene a este instituto, pero me equivocaba, no era uno más.
Por casualidad, cuando fue la graduación hable con el por primera vez, una simple presentación, no más, yo seguía con mi idea de que sería otro chico más del montón, de los que todo le da exactamente igual. Durante ese verano hablábamos, conversaciones simples, lo típico para pasar un rato, cuando no tienes con quien hablar y estas aburrida.
Pero el tiempo pasó, y un día quedamos por primera vez, tomar un simple café, nada del otro mundo, como cuando quedas para tomar un café con una amiga, solo que la diferencia es que nosotros no eramos amigos, yo lo encasillaba en el grupo de "conocidos", no más. Lo sorprendente fue, que ese café con un rato en el parque pasando frío incluido fue por así decirlo el desencadenante, no es que en ese momento pensara "quiero que este a mi lado toda la vida", para nada, pero si sentí una extraña conexión. En ocasiones puedes estar entusiasmada por conocer a una persona, y que acabe siendo algo que no pensabas que era, yo no llevaba ningún pensamiento en cabeza cuando salí de mi casa, pero me sorprendió, no era como yo creía, y lo que más me sorprendió fue que al momento de ir cada uno para su casa dijo: si quieres mañana podemos volver a quedar. Por supuesto, yo para nada me esperaba eso.
Y sí, al día siguiente quedamos, y al siguiente.. y al siguiente, pero yo no me hacía ilusiones de que eso durara mucho, si algo he aprendido es que una persona al igual que puede entrar muy rápido en tu vida, puede salir de ella.
Pero el tiempo pasaba, y llegué a conocerle de verdad, y ese primer pensamiento de que sería una persona más en mi vida se destruyo. ¿Qué porque pasó eso?.
Desde ese primer día, martes 13 de diciembre de 2011, desde ese primer café, algo comenzó, una especie de historia, y llegué a confiar en el como no había confiado nunca antes en otra persona. Éramos uña y carne, si yo me movía, él lo hacía, y si él se movía, yo lo seguía. Y el tiempo pasó con sus buenos momentos, y sus giros inesperados..

Aun así, hoy, día 13 de diciembre de 2012, un año después de aquel café, aun sigo teniendo a esa persona en mi vida, y no como una persona más, si no como una de las personas más importantes, de las que dejan una huella imborrable para toda la vida, de las que se graban dentro tuya con fuego.. Una persona con la que he pasado momentos inolvidables, con la que he podido contar siempre, en la que confió plenamente, tanto que incluso podría confiarle mi vida, una persona única, de las de verdad, y aunque tengamos nuestros más y nuestros menos, porque cada uno tiene su carácter, aun no ha llegado el día, ni llegará, que me haya arrepentido de haberle conocido, de haber dicho que si a quedar ese primer día con el.


Gracias, por lo que fuiste, por lo que eres y por lo que serás.