Erick se fue cerrando la puerta y dejándonos a los dos solos en la penumbra, Joseph no levantaba la vista de mi, ahora daba miedo, mucho miedo. En cuanto note que Erick se había alejado bastante la cara de Joseph se suavizo y se acerco a mi cara, yo intente apartarme de el pero no pude, era muchísimo más fuerte que yo.
- ¿Quieres estarte quieta un solo momento?- me dijo en el oído, obedecí y me quede quieta, me soltó y continuo diciendo en susurros- Quieres escapar.
Mi cara cambió en ese momento, me quede helada, pero asentí con la cabeza temblando y le dije:
- Ya lo sabes, ya puedes decírselo a los demás, ya puedes matarme, torturarme o lo que hagáis, ya puedes divertirte.
Se quitó de encima mía, miró al suelo un momento, vi que su expresión era mas amigable, levantó la mirada y me miró a los ojos. Enserio como podía este chico que empezaba a parecerme corriente, empezaba a parecerme bueno, ser en realidad una bestia sin corazón que me mantenía encerrada. Ni yo misma lo se pero sí, el era una bestia.
- Estas equivocada, ese no es mi objetivo creeme.
- ¿Como quieres que te crea? ¡Eres una bestia!
- Tu no sabes nada, normal llevas aquí casi un año.
Me quede petrificada, asique es cierto que ha pasado casi un año desde que llegue. Lo sabía porque había realizado un seguimiento de todos los días que había pasado allí, aunque esperaba que no fuera cierto y hubiera sido menos tiempo. Se ve que el notó mi reacción porque al momento dijo:
- Oye yo no intento hacerte daño creeme, solo quiero ayudarte.
- ¡¿Ayudarme?! ¿Tu? -parecía un chiste que el, que formaba parte de mis secuestradores quisiera ayudarme.
- Si eso es lo que he dicho
- No te creo, es que no puedo creerlo, si quisieras ayudarme no habrías permitido que me raptaran.
Estaba enfadándome, ¿como iba a querer el ayudarme?. Su expresión cambio y vi que ya estaba hartándose un poco.
- Mira niña -se levantó del suelo y me miro fijamente a los ojos, por cierto que ojos mas bonitos- estoy harto ya de todo esto, del clan y de tener que ser lo que soy, pero no te voy a consentir que me llames bestia, porque esta bestia lo único que pretende ahora es sacarte de aquí o ¿es que no quieres salir de aquí? ¿no quieres volver a salir a fuera y poder ver el sol?
Le mantuve la mirada y dentro de esos tremendos ojos azules la vi, vi la sinceridad con la que me estaba hablando, no me estaba mintiendo me estaba diciendo la verdad, el me quiere ayudar, el me va a ayudar.
- Quiero salir de aquí -le conteste y seguidamente continué- pero antes quiero saber porque, porque quieres ayudarme.
- Como ya te he dicho estoy harto del clan, no me gusta nada la actitud que tienen y no pasamos nada desapercibidos, además están planeando algo muy gordo contra los otros.
- ¿Los otros? ¿Hay mas clanes?
- No es exactamente un clan -me contesto, aun veía la sinceridad en su cara- mas bien se trata de una manada, una pequeña manada contra la que estamos en guerra desde hace años, creo que desde nuestra existencia, como ves es una larga historia. Pero ahora lo importante es que sepas que te voy a ayudar, que voy a conseguir que salgas y que pase lo que pase ahí fuera te protegeré.
Me protegerá, verdaderamente este es un buen chico, espero que no le pase nada malo..
- Esta bien, ¿cuando sera eso?- en ese mismo instante sonrío e hizo un movimiento lento de cabeza.
- Lo siento- dijo, no lo entendí, pero antes de que dijera nada me planto un tortazo en la cara, tan fuerte que me tambalee y acabe en el suelo, en ese instante se abrió la puerta y volvió a aparecer Erick.
- Vaya, vaya veo que hoy esta subidita de más.
La cara de Joseph se transformo en un momento rápido en esa cara que tanto asco me daba y dijo:
- Jajaja si, pero ya sabes que conmigo nadie puede, ¿querías algo?, yo estoy a punto de acabar.
- No nada, era para ver como ibas, estabas tardando demasiado.
- Descuida, bajo enseguida- y la puerta se cerro.
Me levante de un salto me acerque a el y le di un tortazo en plena cara, me miro con cara de no comprender.
- Muy bien has fingido muy bien, pero la próxima vez me puedes avisar, y así te ahorraras tener tu uno también de regalo.
Me miro y sonrío divertido.
- Ciertamente tienes carácter pequeña, pero ahora tenemos que irnos, pero antes te explico.
Podría decir que no, pero era mi única esperanza, podría no ser verdad lo que me estaba diciendo, pero ¿que podría perder?, prefería morir a estar allí encerrada para siempre, porque si había pasado casi un año y no había venido nadie a por mi es porque o me daban por muerta o porque no tenía nadie quien supiera lo que pasó aquella noche, es decir, que toda mi familia estuviera muerta. Por ello decidí confiar en él y hacer lo que me dijera.
- Soy todo oídos.