lunes, 5 de marzo de 2012

Oscuridad.

Cuando era niña me daba miedo la oscuridad, creo que como a casi todo el mundo. Quedarme a oscuras, sin saber lo que me rodeaba era uno de mis grandes miedos, debido a ello todas las noches dormía con una pequeña luz en la mesilla, de esa forma me sentía más tranquila y dormía. 
Con el paso del tiempo he perdido ese miedo, la oscuridad me reconforta. Quedarme quieta, con la luz apagada estando lo más a oscuras posible me reconforta, sobre todo en estos momentos de debilidad, en los que solo quiero alejarme de todo lo que me rodea, en los que quiero escapar.. 
En estos momentos la oscuridad me calma, todo a mi alrededor se ve de diferente manera, sin luz, es mirar el mundo de otra forma, como desde otra perspectiva. 

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